La globalización provoca cambios tan profundos en la sociedad que nos vemos inmersos a temas como el capital intelectual y la generación de valor.
Capital Intelectual es la posesión de conocimientos, experiencia aplicada, tecnología organizacional, relaciones con clientes y destrezas profesionales, que dan a una empresa una ventaja competitiva en el mercado. No obstante, en lo personal, si los empleados son formados por la organización para la que laboran, parte de esta formación, debe integrase a la generación de valor de la empresa; ya que de alguna manera, se traduce esta capacidad e innovación en mejores resultados, tanto operativos como financieros.
Estos dos conceptos son claves dentro de la organización de una empresa y es necesaria la interacción del conocimiento tácito y explicito. El conocimiento tácito consta comúnmente de hábitos y aspectos culturales que difícilmente reconocemos en nosotros mismos, en cambio el conociendo explícito es posible representar.
· Conocimiento Explícito: formal y sistemático, que puede ser fácilmente comunicado y compartido
· Conocimiento Tácito: son modelos mentales, creencias, experiencias, perspectivas individuales; es muy personal y difícil de comunicarlo a los demás
Es importante entender que las TIC proveen el marco en el que se desarrolla pero no el contenido: el conocimiento es una cuestión exclusiva de las personas: “las tecnologias facilitan el proceso, pero por si mismas son incapaces de extraer nada de las personas” (Reyes Meleán 2005)
Siendo así la interacción dinámica de estos conomientos el capital intelectual se clasifica en tres partes:
1. Humano: la satisfacción de las personas, el trabajo en equipo, las habilidades y aptitudes de los profesionales, el liderazgo, la capacidad de retención del conocimiento
2. Estructural: la cultura de la organización, los procesos de captación y transmisión del conocimiento, los procesos de innovación
3. Relacional: la lealtad de los clientes, su satisfacción, las redes de distribución y el conocimiento del mercado.